El buñuelo, un clásico para estos días de otoño

Noticias 11 de abril de 2022 Por M.E.G
La receta de buñuelos de viento tradicionales es muy fácil ya que la masa se prepara en un momento y después simplemente hay que freírlos para descubrir la magia de su forma, con una capa ligeramente crujiente por fuera y un interior tierno y repleto de aire, de ahí precisamente su nombre.
buñuelos

La tradición de ciertas comidas sigue siendo importantes en muchos hogares; y en algunas sociedades mucho más aun, eso ocurre en algunos lugares turísticos donde se suele visitar para consumir esos productos. Desde las tortas galesas de Gaiman, el chocolate de Bariloche, los mariscos de Madryn o Rawson, el cordero de Santa Cruz, el pejerrey en San Blas en la provincia de Bs. As. o las truchas en la cordillera neuquina. Y así a lo largo y ancho del país la gente va en busca de ese producto que lo pone en sintonía con la historia del lugar que visita.

Supongo que lo mismo ocurre en muchas familias argentinas que tienen su origen en sus ancestros migrantes que llegaron desde sus países a construir una nueva vida en esta tierra. De allí es que se le asignó tanta importancia a determinadas comidas, es el hilo conductor con esa nostalgia por la tierra de los mayores, sus olores, sus sabores eran una forma de estar cerca de aquello que habían dejado atrás para tejerse un porvenir cargado de ilusiones y esperanza. 

Hace pocos días se celebro el día mundial de las torrejas un plato bien español que tiene en su elaboración muy poca técnica y muy pocos ingredientes, apenas si consta de una rodaja de pan y una taza de leche. Se fríe en aceite de oliva y luego se baña en azúcar y canela. Muy pocos elementos para un placentero postre. 

Aunque se la relaciona con la semana santa as torrijas aparecieron en primera instancia como alimento de pobres ya que eran la mejor opción para coger fuerzas usando productos de bajo coste. Fue este el punto que las vinculó a la cuaresma. Y es que, en la postguerra, al no poderse comer carne durante Semana Santa se popularizó la torrija como fuente de energía.

Dentro de los dulces tradicionales los hay de todo tipo y en nuestra gastronomía se suelen repetir una y otra vez casi los mismos ingredientes, tales como harina, huevos, leche y azúcar que, en combinación con otros más, dan lugar a dulces de lo más variados y se preparan con técnicas totalmente diferentes.

La receta de buñuelos de viento tradicionales es muy fácil ya que la masa se prepara en un momento y después simplemente hay que freírlos para descubrir la magia de su forma, con una capa ligeramente crujiente por fuera y un interior tierno y repleto de aire, de ahí precisamente su nombre.

Encima de un bol y con un colador y echamos encima la harina para que pase a través de él. A este proceso se llama tamizar y sirve para que quede sin grumos ni apelmazamientos.

En un jarro/hervidor ponemos el agua junto con la leche, la mantequilla, el azúcar y la sal, a fuego medio, En cuanto empiece a hervir la mezcla y aparezcan burbujas, apagamos  el fuego, apartamos el jarro o hervidor y echa toda la harina de golpe y mezcla muy bien con una espátula o lengua de cocina hasta que no haya ningún grumo, el aspecto sea homogéneo y la masa se despegue fácilmente de las paredes del hervidor. Añadimos un huevo al recipiente y mezclamos con unas varillas manuales o mejor aún eléctricas, a la velocidad más baja, hasta que se haya integrado por completo en la masa. Hacemos lo mismo con el resto de los huevos, y junto con el último añadimos la levadura química. Se tapa el recipiente con papel film y se deja reposando en la heladera durante 1 hora.

Se fríen en abundante aceite y a buena temperatura. Los buñuelos suelen hacerse de con frutas, como dados de manzana o trozos de banana. Pero nada limita la imaginación del cocinero y pueden llevar cualquier ingrediente. Proba con los buñuelos para este fin de semana. El mate o el té estarán gustosos de tan dulce compañía.

M.E.G.

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