Fondue de queso: de tradición suiza a fenómeno global de la gastronomía

Cada 11 de abril se celebra el Día Mundial de la Fondue de Queso, un plato nacido en los Alpes suizos que hoy conquista el mundo con su sabor reconfortante y su inconfundible ritual de compartir.

11 de abril de 2025Redacción CentralRedacción Central
Fondeu de queso

Como cada año, el 11 de abril se homenajea a una de las preparaciones más reconfortantes del recetario mundial: la fondue de queso. Este clásico suizo, que nació entre montañas nevadas como una forma de compartir y reconectar, hoy trasciende geografías y modas, y se impone en mesas familiares, experiencias gourmet y tendencias digitales.

Mucho más que un plato: un ritual social

Una cazuela humeante en el centro de la mesa, cubos de pan (o no sólo pan), vino y una ronda de carcajadas: la fondue es una experiencia sensorial y emocional. Frente al vértigo de lo inmediato, propone otra cadencia. Comer lento, mirar, conversar, compartir.

Fondue casera con impronta personal

Ya no hace falta viajar a los Alpes suizos para disfrutarla. Con algunos ingredientes y un poco de creatividad, la fondue puede convertirse en la estrella de una noche en casa:

-Probar con frutas ácidas como manzana verde, boniato asado o papas baby

-Sumar especias como comino, nuez moscada o un chorrito de ron

-Maridar con vinos blancos secos, espumantes brut o cervezas tipo IPA

Cada combinación puede dar lugar a una fondue con identidad propia, que equilibra tradición e innovación.

Nuevas versiones, nuevos públicos

Este ícono culinario no se quedó en el tiempo: hoy existen versiones veganas con quesos y leches vegetales: fusiones con sabores asiáticos o latinoamericanos, y mesas decoradas con estética “instagrameable”. En redes como TikTok o Instagram, el hashtag #CheeseFondue suma millones de reproducciones: el queso fundido sigue marcando tendencia.

Un clásico que abraza al mundo

Aunque su origen es suizo, la fondue ha sabido adaptarse a ingredientes, costumbres y sensibilidades de todo el planeta. Ya sea en formato tradicional, sin lactosa o 100% plant-based, mantiene su esencia: invitar a comer juntos, sin apuro, con los sentidos despiertos.

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