San Martín, un prócer de carne y hueso


Un nuevo aniversario de la muerte del máximo referente de la historia argentina nos inspira para compartir algunos de sus preferencias a la hora de la comida. Nacido en Yapeyú el 25 de febrero de 1178 y muerto en el exilio en Francia el 17 de agosto de 1850, José de San Martín fue un militar ejemplar, y hay quienes asegura que también fue un visionario y estratega de alta nota. Eligió el exilio en bien de la patria a la amaba y dejo un legado extraordinario como militar y hombre de bien.
Desde este lugar hemos elegido recordarlo por medio de sus gustos gastronómicos y compartir con nuestros seguidores un recorte de lo que era su vida mientras estuvo al frente del ejercito que liberó Argentina, chile y Perú.
Si bien es cierto que se lo conocía como un hombre sobrio y frugal también existe la versión que indica que era goloso y tenía debilidad por el helado. Las comidas preferidas del General eran básicamente de carne, el asado su gran preferido y el Puchero. Es decir, carne a la leña y carne hervida. Como afirma Daniela Chueke Perles en artículo del diario La Nación “José de San Martín solía almorzar en campaña, un asado o un puchero sencillo, con un vaso de vino. No contaba con mucho tiempo para la comida”.
Por su parte Daniel Balmaceda en su libro La comida en la historia argentina cita al historiador mendocino Daniel Hudson que era un niño cuando el Libertador preparaba el cruce de los Andes y sostiene que “por las tardes San Martín y Remedios de Escalada solían pasear por la Alameda de ciudad con un matrimonio amigo -Toribio de Luzuriaga y Josefa Cavenago- y luego de dar unas vueltas se sentaba a tomar helado y/o café de acuerdo a la estación”.
Cuentan que San Martín era hombre sobrio y discreto en el comer y, especialmente en el beber. Un reporte de Mr. Whortington, un agente del gobierno norteamericano, indicaba que “los platos predilectos del General San Martín, eran un buen asado criollo que terminaba con algún dulce mendocino, que comía de pie”. Para quienes gusten de saborear una parrillada en su honor preparen un chimichurri que también integraba las preferencias del militar.
Uno de los grandes problemas de San Martín, de los muchos que tenía en su salud, era lo gastronómico. Y eso le generaba un mal descanso; era muy probable que durante la noche sintiera fuertes dolores y no pudiera dormir seis horas seguidas. Era muy habitual que San Martín comiera en la cocina y de pie, salvo para ocasiones en las que, por cuestiones sociales necesitaba sentarse a la mesa y departir con otro grupo. Para San Martín la comida era más bien un trámite. Él no necesariamente disfrutaba de la comida como sí lo hacía Sarmiento que era un goloso…
Hemos recorrido un poquito la vida del Libertador José de San Martín desde lo gastronómico y también lo hacemos como un sentido homenaje al hombre que consagró su vida a la causa de la liberación de los pueblos de América del Sud. ¡¡A sus órdenes mi General!!
M.E.G.