Aros de cebolla, una opción rica y crocante

Noticias 22 de junio de 2022 Por M.E.G
La cebolla es, sin lugar a dudas, uno de los ingredientes que más hace presencia en preparaciones saladas. En polvo, licuada, entera, troceada, en julianas o rodajas, casi siempre se utiliza para acompañar otros alimentos: ensaladas, salteados, salsas, guisos, marinadas y otros platos.
aros de cebolla (1)

La cebolla es, sin lugar a dudas, uno de los ingredientes que más hace presencia en preparaciones saladas. En polvo, licuada, entera, troceada, en julianas o rodajas, casi siempre se utiliza para acompañar otros alimentos: ensaladas, salteados, salsas, guisos, marinadas y otros platos.

Lo cierto es que, a pesar de su rico sabor y su versatilidad, es bastante subestimada por algunos comensales, y por eso esta publicación va dedicado a una receta superconocida en la que ella es la protagonista vía los aros de cebolla. 

Opacadas por las reinas papas fritas, pero igual o hasta más sabrosas que ellas, son una opción excelente para las comidas rápidas como hamburguesas o pollo frito, y también para platos estilo barbacoa o costllitas de cerdo. Sin embargo, son tan deliciosas y sencillas, que pasan perfectamente como un rico snack o tentempié.

Cada 22 de junio se celebra el día mundial de los aros de cebolla y su origen no se conoce con exactitud, pero hay registros históricos de recetas que parecen ser las principales manifestaciones o bases de lo que hoy son los originales aros de cebolla.

 Al parecer, en el libro The Art of Cookery Made Easy and Refined (El arte de la cocina fácil y refinada), publicado en el año 1802, había una receta llamada “cebollas fritas con queso parmesano”, cuya preparación es muy similar a los aros actuales.

Aunque muchos aseguran que la primera vez que estas aparecieron fue en una publicación del New York Times Magazine en 1933, la cual era una receta de “anillos de cebolla fritos” patrocinada por una marca de manteca, existe una disputa entre esta teoría y el reclamo de la extinta cadena de restaurantes Kirbys Pig Stand, cuyos dueños aseguran ser los creadores de las cebollas en los años cuarenta del siglo pasado.

Además de adaptarse prácticamente a cualquier preparación y adoptar los sabores de sus acompañantes, la cebolla es una fuente de fibra, hierro, potasio, vitamina C y otros micronutrientes indispensables para un excelente funcionamiento del organismo.

Como todas las preparaciones antiguas y tradicionales, existen muchas dudas sobre la forma correcta de cocinar los aros. Cuando se trata de frituras, es aún más complicado hallar el mecanismo ideal para obtener un resultado crujiente, dorado y, sobre todo, espectacular.

Por eso, aquí replicamos una receta que se publicó en un sitio especializado acerca de como preparar los aros. Lo ideal es que no sean ni demasiado gruesas ni muy finas. Sin son muy anchas, puede que no se cocinen completamente y serán mucho más difíciles de freír y consumir. En cambio, si se hacen muy delgadas, es probable que la cobertura sea mucho más invasiva y no se sienta el sabor y la textura de la cebolla por ningún lado.

 Es mejor cortarlas con un grosor de medio centímetro, o hasta uno completo como mucho. Se recomienda una vez cortados los aros colocarlos en agua fría unos 20 minutos El truco está en remojarlas en agua fría con sal por al menos 10 minutos y no más de 30. Luego, se escurren bien y se secan. Se especula que el agua salada debilita el azufre, que es el responsable de su sabor penetrante.

Para cocinarlas se pasan por harina de trigo, huevo y luego por pan rallado, panco e inclusive por harina de maíz o polenta. Las prefiero bien clásicas y además coloco sal y pimienta blanca en la harina. En el caso de querer que sean muy crocante separar la clara de la yema y utilizar solo la clara. Quedan crocantes y la tentación te lleva a preparar una salsa picante y casera, además de la mayonesa y todo lo que se ocurra. ¡Una lo-cu-ra! 

M.E.G.

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