Marche…un matambre a la leche


Un gustazo, una suerte extraordinaria poder visitar geografías tan diferentes con días fantásticos de buenas temperaturas, nulo viento, atardeceres que parecían soñados y con la inestimable libertad, de poder disfrutar del aire, lejos de las ciudades donde vivimos encimados y apestados, dije bien, apestados no atestados.
Los caminos de la costa rionegrina que salen desde Viedma por la ruta uno primero bordeando el río Negro hasta llegar a su desembocadura en el mar y hacer la primera parada en El Cóndor, como se denomina el primer balneario donde además está el faro más antiguo de la Patagonia el Faro Río Negro.
Desde la boca, como se le llama a la villa marítima y hasta la llegada al puerto del Este en el golfo San Matías hay una serpentina de tierra que acompaña a la costa marítima a lo largo de 160 kilómetros, con sus primeros 68 kms de asfalto hasta llegar a la lobería.
Saliendo desde El cóndor hay varias playas conocidas por los lugareños, playa Bonita, el Espigón, punta Bermeja, Lobería, Bahía Rosas, Bajada de Echandi, faro Belén y Bahia Creek. A lo largo de su recorrido nos encontramos con playas a nivel de la ruta 1 pero también comienzan a verse los primeros acantilados del mar patagónico. Sin lugar adudas no se equivocan los viajeros cuando llegan hasta estos lugares y lo describen como un tesoro escondido. La ruta 1 es sin duda una de las más bonitas de las rutas marítimas del país.
Una vez que llegamos a Bahia Creek, una villa de 150 lugareños nos vamos a encontrar con una propuesta moderna y novedosa que son dos hostels con un rulo con terraza en medio de la nada, con unos domos para pernoctar. Una propuesta que intenta vivir en armonía con el ambiente, donde los servicios y la comida forman parte de esta filosofía. Bahía Creek es un paraíso que sus habitantes tratan de preservar alejado del gran público depredador.
Siguiendo por la ruta 1, hay que realizar un rodeo importante para sortear un médano gigante que eligió vivir sobre la traza de esta atractiva ruta. Algunos lugareños, baqueanos de la zona prestan el servicio y ayudan a los turistas a desviarse de la ruta y transitar unos kilómetros por la playa hasta retomar la traza de la ruta y llegar a Caleta de los Loros y Punta mejillón, lo que los lugareños llaman Pozo Salado en homenaje a una vieja estancia ubicada allí. Lugar maravilloso de extensas playas de arenas húmedas y médanos que por miles de metros forman el paisaje agreste, con aguas mansas y verdes.
Aquí paro un rato para compartir la receta y después seguiré contando como se llega hasta el puerto del Este por esta ruta fascinante de la costa rionegrina.
El matambre a la Leche del Gaita
Para los que, como a mí, les gustan los clásicos, los platos que hacían (y todavía hacen) las abuelas. Mi amigo el Gaita Enríquez lo prepara increíble: matambre a la leche.
Ingredientes:
Para 4 personas
1 matambre de ternera de 2 kg aproximadamente
2 l. de leche entera
2 hojas de laurel
1 rama de tomillo
1 rama de romero
3 dientes de ajo con piel y machacados
1 cucharada de pimienta negra en grano
Sal gruesa
1 cebolla cortada en rodajas
1 zanahoria cortada en rodajas
1/2 cucharada de comino molido
Procedimiento:
Limpiar el matambre quitándole el exceso de grasa. Colocar el matambre en una asadera profunda. Cubrir con la leche y el resto de los ingredientes.
Cocinar en horno medio tapado con papel de aluminio durante dos horas.
Quitar el papel de aluminio y cocinar durante otros 30 minutos destapado.
Servir con la salsa de leche y vegetales.
M.E.G.