La rosca de reyes

A todos nos gusta celebrar, festejar y mucho más recibir regalos. Ya venimos de Papá Noel y ahora les toca el turno a los Reyes Magos. Linda manera de mantener viva la tradición.
Los recuerdos me remiten a la humildad de los regalos de aquellas épocas, sencillos juguetes de madera, algún triciclo, pelotas de fútbol que en el mejor de los casos llegaban a ser de cuero. Y la tajante separación por sexo! Para las mujeres muñecas, si el regalo era ostentoso muñeca con cochecito donde llevar el bebe, sino una soga de saltar o algún juego de batería de cocina. Claro y determinante era la diferencia en los regalos, por supuesto nadie se quejaba ni se imaginen un cuestionamiento en esas épocas. Pero los tiempos cambian afortunadamente y hoy nadie se plantea hacer regalos por generos, salvo alguna cabeza hueca que se quedó en el tiempo. Los regalos de entonces son las vergüenzas de ahora. Cambia todo cambia.
Los porqués
Una breve noticia del evangelista Mateo es el origen de una tradición que ha inspirado magníficas obras de arte. Los llamados Magos de Oriente no recibieron nombres ni fueron coronados reyes hasta el siglo VI. Año tras año, sabios y doctores de la Iglesia fueron completando después la historia que cada 5 de enero desvela a millones de niños
Eran Magos y venían de Oriente, siguiendo el rumbo de una misteriosa estrella. Llegaron a Belén y ofrecieron al Niño tres regalos: oro, incienso y mirra, y se volvieron muy contentos a su país lejano. (Al llegar a Jerusalén se habían entrevistado con el rey Herodes, pero a la vuelta lo evitaron. Y Herodes, receloso y enfurecido, mandó a sus soldados que mataran en Belén a todos los niños menores de dos años. Pero de allí ya se habían ido Jesús y sus padres, advertidos a tiempo por un ángel, camino de Egipto). Eso es todo lo que cuenta de ellos el evangelista Mateo. Se fue ampliando la leyenda y en la tradición popular pervivió aumentada con un halo mítico añadiendo novedosos detalles a la escueta escena de la adoración de los Magos. El evangelista no dice ni cuántos eran, ni cómo se llamaban, ni cuál era su magia, ni de qué misterioso Oriente venían. (¿Eran persas, caldeos o árabes?). Más sabio y preciso, en el siglo III, Orígenes escribe que eran tres, y Tertuliano afirma que los tres eran reyes, y algo después ya se divulgan sus nombres: Gaspar, Melchor y Baltasar. No tardó mucho en quedar fijado el día de la Epifanía en Belén: un 6 de enero, solsticio de invierno en Egipto.
Simbología
La rosca de Reyes representa para los cristianos el círculo infinito del amor de Dios, que no tiene ni principio ni fin. Las frutas secas y cristalizadas que adornan el pan simbolizan las joyas de la corona de los Reyes Magos, y estas, a su vez, representan el amor, la paz y la felicidad.
Con los años hemos ido dejando de lado el real significado religioso y hemos incorporado la rosca de reyes como una recordación donde muchos de los rituales fueron dejados de lado.
La leyenda o relatos de los reyes es tan rica y variada que dan ganas de leer una y otra vez, tal vez esta fecha sea un buen momento para fomentar la lectura de nuestros niños y mientras tomamos unos mates a orilla de un río o del mar comamos una rosca de reyes mientras le leemos la apasionante historia del origen de Melchor, Gaspar y Baltazar.