Confieso que he bebido...
La primavera me inspiró, me insufló ganas de cosas jóvenes y lo llame a Pancho Fernández, jefe de cocina de Malma. Y ahí mismo desaté una tormenta de preguntas acerca del maridaje, de cómo es iniciarse en el vino blanco, para nosotros que solo hemos tenido amor para el tinto, nunca jamás tanta fidelidad en un romance largo y encendido como con el clásico malbec, el seductor cabernet franc, la delicadeza del pinot noir, el arrollador cabernet suavignon y el legendario syrah. Todos ellos acompañados con algún corte a veces de bonarda, petit verdot, sangiovese, etc..etc
Lo más Pancho
O Pancho Fernández lo más. A gusto del comensal, usted elige. Lo llame al amigo y extraordinario anfitrión y le pedí como si fuera yo un adolescente “sálvame Panchi, enseñame un poquito de vinos blancos” y tal cual los reflejos de un killer me gatilló:
- “Un Malma Reserva Chardonnay de muy buena acidez, mantecoso en boca y con notas de pomelo es ideal para lo que me pedís amigo”, como no voy a quererte Panchito.
¿Y que le había pedido yo? Quiero buscarle novia a un camembert ornamentado con uvas, pomelo rosado y pistachos, receta que vi en Instagram, fresco sin paso por el fuego. Tremenda combinación para una tarde de la recién llegada primavera.
Con Pancho he podido apreciar las bondades de la bodega a la sombra de unos álamos y comer un tremendo chivo en plena primavera, cuando van apareciendo los primeros caprinos de la temporada. Lo dije antes lo repito aquí extraordinario, anfitrión. Siempre exprimo sus conocimientos y me he extasiado con sus empanadas al horno de barro. Perdón amigo si soy muy adulador pero estas cosas están acá al alcance de la mano y miramos para otro lado. Aprovechemos los productos, los productores y los creadores de cercanía. Aquí hay cosas muy buenas y ahora con los colores del valle en flor salgamos al rescate de la producción artesanal de dulces, encurtidos, facturas de cerdo. Hay mucho para apreciar, los aceites de oliva la zona.
Todo lo que menciono en el párrafo anterior está en 120 km. a la redonda y cuando terminemos con el principal, que bien podría ser un conejo al disco, animalito de los que hacen en Cinco Saltos podemos saltar al viognier de Humberto Canale.
Viognier con conejo al disco y peras al viognier de postre. Que me juzgue la Santa Inquisición y me quemen los fuegos de Mallmann. Pero la primavera se lo merecía y no quiero sobreabundar, de yapa ¡luna llena!
M.E.G.