Cómo se hace el mejor pinot noir del mundo?

El Pinot Noir 2018 Chacra Treinta y Dos fue considerado el mejor vino del año en el marco del Top 100 Wines of 2020, el ranking elaborado por el crítico estadounidense James Suckling. Elegido entre 18.000 muestras llega al podio desde Mainqué, una pequeña localidad del Alto Valle, en Río Negro de la mano de Piero Incisa della Rocchetta. 

Este italiano de alta alcurnia, se tomó unos minutos para hablar con gurmeteando.info y darnos detalles sobre el trabajo que se realiza en su Bodega Chacra y el orgullo por lo producido, no sólo por el resultado si no también por su manera de hacer un producto único, delicioso y con respeto a la naturaleza.

“Somos una pequeña bodega, de carácter familiar, donde no se utilizan los químicos tradicionales que se utilizan en muchos emprendimientos agrícolas. Nuestra misión es trabajar junto a la naturaleza. Sin impactarla de manera negativa. Tratando de hacerla florecer y encontrar su equilibrio entre el ying y el yang”, así describe Piero a Chacra, esta pequeña gran bodega que nace en el 2004, y que hoy comprende 23 hectáreas de viña vieja de pinot, plantada en pie franco, es decir sin injertos, con material genético muy singular. 

“Elaboramos con certificaciones orgánicas es decir que, no se utilizan productos químicos, pero también de un punto de vista de la biodinámica, es decir tratamos de sincronizar todas las prácticas vitícolas con el aspecto astral. La idea es aprovechar los ritmos astrales para aumentar exponencialmente la influencia del trabajo que estamos haciendo sobre la planta”, explica Piero. La agricultura biodinámica se diferencia de otros tipos de agricultura ecológica en el uso de preparados vegetales y minerales como aditivos para el compost y para el terreno, así como en el seguimiento de un calendario de siembra basado en el movimiento de los astros.

“Teniendo en cuenta estos criterios, nosotros trabajamos en los viñedos la poda, cultivación, riego, compostación, abono natural que preparamos nosotros, etc. Intervenimos en los momentos en los que la energía permite que cada práctica que hacemos en el viñedo sea amplificada de manera exponencial porque es sincronizada con la naturaleza. Lo que estamos haciendo nosotros lo hizo la raza humana durante millones de años, entonces no hay nada de nuevo ni raro ni extraordinario". 

Este italiano que viene de una familia de la aristocracia toscana, lleva en su sangre la vitivinicultura. Su abuelo, Mario Incisa della Rocchetta, es el fundador de Tenuta San Guido, la bodega conocida como productora del vino “super toscano” Sassicaia, un tinto excepcional al estilo de Burdeos. Así y todo, Piero se muestra muy crítico de la industria alimentaria 

“No hay mucha información sobre el aspecto nutricional de legumbres, cereales, frutas y cualquier otro cultivo y sus características cuando el cultivo es orgánico y biodinámico.  Desde lo científico, la falta de químicos ayuda al desarrollo de más y mejores nutrientes. Entonces, con la mitad de la comida, brinda tres veces más de “gasolina” para alimentarse. Desde un punto de vista más “egoísta” y más interesante, el gusto es exponencialmente mejor. Por lo que no se trata sólo de una mentalidad altruista, de no querer contaminar, de disminuir la mancha química. Se trata de una manera muy egoísta de decir quiero el mejor fruto del mundo porque me da mucho más sabor. Cuando como, mi experiencia tan cultural de comer es exponencialmente más linda porque los sabores son mucho más intensos, más fuertes, pero también autóctonos. Entonces hay un enorme redescubrimiento de eso que son los verdaderos sabores”.

"Esto ya te da el 75% de tu camino, una vez que se puede determinar que las condiciones locales, el microclima, combinado con las sustancias minerales del suelo ya te da una calidad de fruta que es superior a la media, después resta el trabajo humano, exaltarla haciéndola en forma líquida, que sea un reflejo de lo que pasa en la parcela acá durante 365 días".

"Hay que articular nosotros podemos hacer los vinos que nos gustan hacer, con el estilo que nos gusta porque el lugar nos permite llegar a esta precisión de gusto y sabores autóctonos porque el microclima increíblemente parece hecho para el cultivo de la fruta". 

El bodeguero no duda en entender que este premio es mucho más que el reconocimiento a un buen vino: "es un reconocimiento a la expresión del clima psicológico intangible que hay en este momento. Donde la “mancha revolucionaria”, de una vida más sana, más liviana, no sólo físicamente sino también psicológicamente. Lo vemos en la comida, en los nuevos criterios de las nuevas generaciones, con la expresión del rechazo del machismo y los abusos. Se nota a nivel financiero, político y societario. Pienso que cuando hicimos la conversión desde el primer año en el 2004, que desde que compramos la chacra cuando adoptamos esta forma de trabajo, pudimos notar que en estos últimos 17 años la conciencia está creciendo a un ritmo muy fuerte en algunas zonas, y de manera constante a nivel mundial". 

"Este reconocimiento lo agradecemos porque ayuda más a una causa que a una empresa. En el sentido de que nos sentimos pequeños representantes de lo que puede ser un mundo mejor. Entiendo que estamos haciendo jugo fermentado de uva, no estamos curando el cáncer. Pero pienso que a través de lo que hacemos, la imagen que metimos y la filosofía son muy positiva porque siempre el mismo idioma de mejorar la calidad de vida, pero también preservar la microflora, la flora, y la fauna. Mantener esta biodiversidad que al final se traslada a través de una cadena química al sistema inmunitario del ser humano. Es una charla muy amplia pero la comida preserva y fortalece el sistema inmunitario si es orgánica". 

"Entonces la felicidad también es de saber que un crítico norteamericano tuvo el coraje y la conciencia de poder destacarse de los otros críticos y de forma singular reconocer la calidad de los vinos hecho de manera orgánica y biodinámica y también mostrar al mundo que es posible. Eso, auguramos, puede influenciar a cualquier otro campesino o viticultor, como nosotros, que en la cultura orgánica y biodinámica hay posibilidad de desarrollar productos considerados de alta gama porque tienen más grande valor nutritivos y de poder ganar bien tu vida".

"Por absurdo que parezca el campesino va a ser el héroe de mañana, si el humano desarrolla un poquito más de conciencia. porque es una vida muy dura y muy poca retribución económica, encima tiene una lucha continua contra intangibles como heladas y granizo. De un lado es un héroe porque es un protagonista humilde que siempre viene golpeado y del otro presenta a la sociedad productos que les permite vivir y proliferar". 

Es bien sabido que cultivar esta cepa tanto como producir un vino a partir de ella, es bastante complejo. Piero también lo reconoce y explica "los franceses dicen que el pinot es la cepa del rey, porque es muy delicada, muy transparente en su carácter ya que te repropone en forma líquida la misma cosa que encontró en forma sólida. Su manera de procesar y metabolizar los minerales es bastante transparente. Eso significa que si no tiene un muy buen terruño tu pinot no va a ser muy bueno. Quizás otra cepa pueda funcionar. Es una cepa que no perdona mucho, pero no importa tanto porque la vez que podés hacerlo bien, la seducción es tan fuerte que te olvidas de la miseria que pasaste el año anterior. Entonces tiene esta característica de capturarte cuando es buena y de hacerte recordar toda tu vida esta botella increíble que te tomaste de ese pinot espectacular".

La pequeña producción que se obtiene de estas 23 hectáreas es comercializado a través de socios distribuidores en 30 países, los mismos con los que Piero viene trabajando con su familia, en Italia. A su vez, también puede conseguirse de manera directa en la bodega, donde se realizan catas y visitas guiadas para conocer de primera mano este trabajo que si bien parece muy novedoso, es en realidad ancestral porque se trata de, ni más ni menos, latir al ritmo de la tierra. 

Redacción: María Gracia Martin

Producción. A.Mas