Para un enero sorprendente, pasta caliente!

Este tiempo loco que deriva del cambio climático, es apenas una muestra de lo que va a pasar en este planeta si no se actúa a tiempo y se logra parar la degradación que viene sufriendo. Es un tema serio e importante para tener en cuenta, lo que no quita que aquí sigamos hablando de comida, de buen vivir, de buena vibra y por supuesto compartiendo con vos nuestro espíritu sibarita.

Como el tiempo lo pide vamos a hacer una comida un tanto calórica pero no muy pesada pues los ingredientes son sencillos, el proceso de la receta también es relativamente sencillo, solo es tiempo y ganas de degustar unos ñoquis de aquellos. 

Cuando los productos son tan definidos en su sabor como el broccoli es preferible no meterlo en disputas con la salsa y es por eso que prefiero que sea lo más ligera posible, una salsa de tomates frescos con orégano y un toque de pimienta y sal. Sencilla, suave, aterciopelada al pasarla por un filtro y con un chorro de oliva una vez que está en el plato. ¿Te gusta la pasta con queso? Ponele queso, pero primero probala sin él y notá la calidad del sabor original.

Aunque para esta receta puedes hervir el brócoli del modo tradicional, te propongo cocerlo al microondas. Es una forma muy rápida de tenerlo a punto sin que se deshaga. Para hacerlo, dispón el brócoli cortado en un plato, tapalo y cocelo 5 minutos y listo, e resto del procedimiento es como para el ñoqui tradicional, harina, huevo para unir y la textura es al gusto del cocinero o cocinera.

 Los ñoquis son un platillo tradicional italiano, originario particularmente del noreste de Italia que, posteriormente, se ha difundido a diversas regiones. El origen de los ñoquis de papas nace debido a un motivo económico ocurrido en ese país durante el siglo XIX. 

La receta original tiene muchos padres (como las victorias) pero para mí los mejores ñoquis son los de la vieja y aunque he intentado darle un toque glamoroso  a esta pasta para el verano, los prefiero en su receta tradicional con tuco de carne o pollo y perdonen si altero el sentido de esta nota, pero la verdad es siempre la verdad.

¿Qué vino acompaña mejor?

Como solía decir Luis Brascó, el mejor vino es el que te gusta. Sea blanco, tinto, con hielo, con soda, etc. y partiendo desde ese criterio cada cual le buscara el acompañante que más le guste al paladar de uno. Final del cuento. Prefiero en este caso tomar vino un blanco que no sea dulce y recuerden que estamos hablando de estos días de enero donde estamos con máximas de 15/17 grados. 

A disfrutar de una pasta rica, un buen vino y a esperar que vuelvan las temperaturas de verano. Adio! 

M.E.G